2006-03-01

POESIA TAOISTA Y PAISAJE

Os ofrezco estos poemas de la dinastia Tang, junto con mis fotografias, que tambien estan empapadas y muy cercanas a los sentimientos de los poetas y artistas taoistas .


el propósito de las palabras
es transmitir ideas.
Cuando las ideas se han comprendido
las palabras se olvidan.
¿Dónde puedo encontrar un hombre
que haya olvidado las palabras?
Con ese me gustaría hablar .



En la noche tranquila al lado de la ventana,
cubierto con la ropa de monje,
me siento a meditar,
el ombligo y las ventanillas alineados,
las orejas emparejadas a la espalda erguida,
las ventanas blanquean-La Luna sube;
la lluvia cesó, aun chorrean las gotas.
Magnífico - el talante de este momento-
distante, vasto, solamente conocido por mi.





Los picos delante, los picos detras,
la blanca nieve resplandeciendo;
mi puerta de yerba cerrada firmemente,
al oeste del arroyo rocoso.
Durante la noche larga en la hoguera
quemo pedazos de madera,
tocando mi barba, recordando mi juventud.




En el décimo mes los patos salvajes
vuelan hacia el Sur,
llevan su migración hasta muy lejos
y luego regresan.
Pero mis viajes
jamás tienen fin.
¿Cuándo vendrá el día
en que me quede en mi hogar?
Ahora, el caudal del río ha descendido
y está silencioso.
El bosque se sumerge, oscuro y confuso,
en las emanaciones de los pantanos.
mañana, al amanecer, cuando
desde la cima del paso dirija
la mirada hacia el hogar,
me gustaría ver los ciruelos en flor
a lo largo de los embalses.





mientras mi barca se mece
en su nebuloso amarre
y la luz del día declina,
resurgen viejos recuerdos.
!Que vasto es el mundo,
que próximos al cielo
está los árboles,
y que diáfana en las aguas
la cercanía de la luna!





cuando duermo en primavera
no advierto el amanecer
hasta que comienza a resonar
el reclamo de las aves.
Pero anoche oí el estruendo
del viento y la lluvia
y me pregunté: ¿Cuántas flores
se habran extinguido?





Un centenar de colinas
y ningún pájaro.
Un millar de senderos
y ni una huella.
Una barca solitaria y
un cobijo de bambú.
En el frío río nevado
hay un viejecito pescando.





Esta región salvaje asciende sin reposo
hasta las torres de la ciudad amurallada.
Los cielos se hallan amenazantes y oscuros,
y una violenta ráfaga de aire
hondula las aguas del lago
rodeado de ibiscos.
La densa lluvia cae sobre el muro
cubierto de enredaderas.
Unas tras otras, montañas encadenadas
pobladas de árboles
ocultan el paisaje lejano.
El río fluye sinuoso
como las nueve entrañas
del cuerpo humano.
Todos nosotros vivimos en el territorio
de los cien Yueh
donde los habitantes tatuan sus cuerpos
y es complicado recibir mensajes.






El sol se está ocultando.
También las cumbres se van alejando
con el fuerte frío que viene del cielo y
la cabaña aún se ve más miserable.
Fuera de la puerta,
se oye ladrar a los perros.
En medio del viento y de la nieve,
de noche, alguien vuelve a casa.






Hace tiempo que la antigua torre
se está convirtiendo en ruinas
al visitarla en el otoño, recuerdo
las épocas pasadas.
Pocos peregrinos llegan hasta estas ruinas
que se van desmoronando.
Precipicios coronados de nubes
sobresalen a uno y otro lado
de las aguas profundas.
El sol poniente se detiene
sobre las viejas piedras amontonadas.
Un frío estremecedora atraviesa
los bosques solitarios.
Mis pensamientos melancólicos
se detienen sobre la reliquias
de la dinastía Chen.
tan sólo el extenso río
fluye como antaño.





Una cordillera,
dos cadenas de montañas,
muy lejanos sus picos.
El cielo está muy alto
y hace mucho frío en el oscuro lago.

Mis pensamientos profundos
han teñido de rojo las hojas
de los arces.





Me senté a beber
y no advertí el crepúsculo
hasta que los pétalos que caían
llenaron
los pliegues de mi túnica.
Ebrio, me levanté,
dirigiéndome al arroyo
iluminado por la luna.
Los pájaros se habían ido
y también
los escasos hombres que quedaban.






Si me preguntáis porque vivo aquí
entre las verdes montañas,
reíre silenciosamente,
y cerraré mi corazón.
El capullo del melocotonero y
el agua silenciosa
me transportan a otro universo
más allá del mundo de los hombres.

1 comentario:

L-E dijo...

así es, la poesía taoísta es una maravilla, de hecho el taoísmo mismo es tan poético.

muchas gracias por compartir estos versos