2013-12-06

AUTOABANDONO

 
Me senté a beber
y no advertí el crepúsculo
hasta que los pétalos que caían
llenaron
los pliegues de mi túnica.
Ebrio, me levanté,
dirigiéndome al arroyo
iluminado por la luna.
Los pájaros se habían ido
y también
los escasos hombres que quedaban.
 
 
Li Po
 

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